Por otro lado, el miércoles fue detenida Kelly Torres, madre de tres hijos, después que fuera acusada por la policía de abuso infantil agravado.Torres, de 27 años, y quien ya ha había sido investigada en otras ocasiones, castigó a sus hijos con una correa después que "despertó enojada porque la casa estaba hecha un desorden".
El caso más notorio, sin embargo, ha sido el de la joven madre puertorriqueña Niurka Ramírez, de 23 años, quien fue grabada en un vídeo en un lavadero de automóviles cuando rociaba con una manguera de agua a presión a su pequeña de dos años y medio.El incidente, ocurrido el pasado 24 de febrero y que captó atención internacional especialmente después del arresto y puesta en libertad de la mujer, ha causado revuelo ya que Ramírez, embarazada de cinco meses, declaró que sólo quiso calmar a la pequeña.De acuerdo con el reporte policial, no se encontró ninguna muestra de abuso físico en la niña.
El castigo corporal como método de disciplina no está prohibido por las la leyes de la Florida, que sin embargo, consideran un crimen cualquier abuso infantil relacionado al exceso de fuerza y la violencia doméstica del castigo físico."No condeno ni recomiendo la disciplina corporal pero tampoco es un crimen darle unas palmaditas en el trasero a un niño para disciplinarlo", dijo Cooper, aunque aclaró que "no es lo mismo golpear con una correa a un niño de seis meses. Eso es abuso infantil".
En el condado de Orange, donde algo más del 30 por ciento de la población es latina, mayormente portorriqueña, se reportan cerca de mil casos de abuso infantil al mes, pero la mayoría de estos casos se resuelven sin necesidad de cargos criminales o la intervención judicial.
"Uno de los principales objetivos que nos hemos trazado en el DCF es mantener a las familias unidas, tratando de no quitar a los menores de sus casas y para ello contamos con varios programa de servicios en la casa"..
En febrero, el DCF ofreció servicios fuera del hogar a un total de 25.808 menores,

de los cuáles 2.933 son latinos, quienes viven en hogares temporales debido a que han sido sacados de sus casas en casos relacionados con abuso infantil o descuido.En el mismo período 10.174 menores, de los cuáles 1.374 eran latinos, recibieron servicios mientras permanecían en sus casas, de acuerdo con cifras del DCF.